Dr Sure's Unusual Practice - Total Reality

La locura sonora de los australianos Dr Sure's Unusual Practice queda de nuevo patente en su nuevo LP, "Total Reality", via Marthouse Records y Erste Theke Tonträger, donde el quinteto oficial, más invitados instrumentales, demuestra su buen hacer, en clave egg-punk, para 'Slug', donde la variedad estilística unas veces apremia sus constantes vitales y otras las (re)sintoniza en modo zen, el cual no consigue apaciguar las ansias del primero, llegando estas a los vocales y al sintetizador, 'Celebration' por todo lo alto de una marejada de post-punk jazzístico, que no hace ascos evangélicos a la cara B que crean en paralelo, donde la alegría contenida se reverbera sin mayores ganas que las de recibir como regalo 'Elephant In The Room', clímax saxofonístico en bandas de octava que cambian el tercio monocromático mientras se acompañan de una orquestación que supone una experimentación oral y cordal, metiéndose ambas en terrenos desconocidos para cualquier ser que no esté familiarizado con ese devocore capaz de regular las subidas y venidas de 'Escalator Man'.

Sudakistan

Lo de Sudakistan es como el vino, mejora con los años, aunque aquí debutan con nueva formación debido a la inclusión de Fredrik Hollsten-Martinez como guitarrista, uniéndose así al vocalista y guitarrista Michell Serrano, el bajista y corista Maikel Gonzalez, así como el batería y percusionista Jose Espindola, mostrando en 'Machine', single publicado a través de PNKSLM Recordings, que lo suyo sigue yendo de rock y garage, aunque rápidamente se distinguen unos disparos y sus consecuentes alucinaciones, obra de una psicodelia embebida en su ADN, acercándose esta más a los setenta que a los sesenta, de ahí que exhiban su canallismo más que nunca, acelerando el paso para marcar un territorio que no van a hacer suyo ni las gaviotas cordales que se acercan, amén de unos vocales más enrudecidos, los cuales se duplican por momentos para que la claridad se convierta en oscuridad, cerrando el círculo un paisaje emocional reverberado en el espacio y tiempo, que les lleva a alejar su universo paralelo del orden público.

Dog Date - Zinger

El debut en largo de Dog Date como quinteto, "Zinger", via Pop Wig Records, refuerza el concepto de caos que siempre han mostrado, sentando las bases 'Nirvana' con un juego de guitarras de puro garagerismo que, de forma divertida, lo llevan a un baile de estridencias comedidas, que su vocalista, Dylan Kennedy, pone mirando en dirección a un punk del que ya no se van a bajar, siendo 'Nuff Said' el contrapunto perfecto al sobrevivir su lo-fi electrificado a las fauces de sus dos, sí dos, baterías, nota diferencial a cuanto mis ojos han visto, reforzando así cada una de sus colisiones con los parches, lo que transforma a 'Spine Transfer' en un atracón de surf-rock en el que la tabla es la protagonista de la ola, batiéndose en duelo estilísticamente cuando urbanamente se centran en el skate, siendo ambos mundos regados en cerveza antes de que 'F Bomb' se presente en escena con una velocidad inusitada y un aneurisma cerebral, este último logrado a base de un pogo, el cual se transfiere a los anales sonoros de 'Duplo' a través del efecto secundario del alcohol antes ingerido, guardando las formas al micrófono para 'Cruel World Reversal' y su diplomático golpe de talonario de noise anárquico australiano.

OSBO - OSBO EP

El punk es el modo de vida de OSBO, quinteto de Sydney que publica su EP debut homónimo a través de Blow Blood Records, un recorrido de algo más de diez minutos, en los que 'Say It To My Face' busca esa confrontación primaria que da el hardcore, viciándose los cordales para enturbiarlo todo aún más, llegando los riffs de Woodstock del 69 como un atrezo en el que deciden tomarse un respiro, ya que luego entonan un mea culpa por ello en el que la rabia se concentra en 'FC', jugando un partido adulterado por la cerveza que se derrama durante el pogo que generan intencionadamente, bajando al barro acompañados de las cuerdas, no vaya a ser que se vuelva a dar un paso atrás, lo cual sería algo que les hiciera vérselas con la 'Security' de cualquier lugar que se preste a ello, lo que supone desquiciarse aún más en su propuesta y dominar el espacio sonoro como perros de presa sedientos de sangre, 'Time' para que la oscuridad realice su danza benévola y haga entrar en trance hasta el más pintado, abriendo un agujero negro para que el mismísimo diablo se presente en persona, exponiéndole los australianos sus respetos con un ruido ensordecedor acompañado de distorsión y golpes de realidad furtiva embebidos en sus baquetas, negando la mayor cuando la barbarie asoma la patita por la puerta, abriéndose de par en par cuando es 'Pleb Puppet' quien maneja los hilos.

cruush - Nice Things Now, All The Time EP

El cuarteto de Manchester cruush presenta su segundo EP, "Nice Things Now, All The Time", via Heist Or Hit, siguiendo 'Water Breathers' con esa aventura que condensa una buena ración de dream-pop hasta que sus pesadillas ganan a sus sueños, momento en el que el shoegaze abrasa cualquier esperanza de resolución positiva amorosa, atrapada esta también en una electrificación imantada de la que solo se pueden apartar cuando 'As She Grows' la sustituye en los altavoces, alimentando su felicidad su subconsciente instrumental, en el cual se dibujan horizontes regados de luz y no de oscuridad, algo que da la edad, más que la madurez, lo mismo que elegir 'Cotton Wool' para las prendas delicadas, un tema que duda del anterior momento, entrando los miedos como riffs que juegan su parte psicodélica para enfatizarlo, desentonando de ese camino recto que querrían haber tomado, pero el suyo siempre ha sido uno de curvas y aquí. o iba a serlo menos, de ahí el merecimiento de una calma mental en 'Lady Bird Song', rebuscando en lo divino si es necesario para acallar cualquier voz en off que les lleve la contraria, proceso que 'Headspace' se lleva de vuelta a su característica inquietud, rodeada de la ansiedad que da el no conocer cuando cualquier pensamiento de ese tipo saldrá por la puerta de atrás para no volver nunca jamás.

METZ - Up On Gravity Hill

El trío de Toronto METZ publica su quinto álbum de estudio, "Up On Gravity Hill", via Sub Pop Records y Dine Alone Records, el cual adapta sus abrasiones repetntinas a las atmósferas sonoras, permitiéndoles descargar su furia a la vez que muestran sus momentos de alegría, anclándose Alex Edkins (voz, guitarra), Chris Slorach (bajo) y Hayden Menzies (batería), al primero de estos mundos en 'No Reservation / Love Comes Crashing', mezclándose el shoegaze con el (post-)punk más directivo, incitando a los microsonidos alarmantes de caos y terror, a amenizar una soledad que da lugar a una mascletá de oscuridad capaz de levitar por encima de sus almas malditas, distorsionándose este sentimiento en 'Glass Eye' por obra y gracia de las cuerdas, quienes junto a las baquetas, nos transportan a su clasicismo sonoro, aunque aquí la bajada a los infiernos no se queda en un decir, si no que se puede tocar con los dedos, actuando la baja velocidad del grunge como catalizador de una neblina con la que la luz queda del todo apagada.

Cutters

Allá por junio del 2020 fue cuando Cutters me envenenó con su punk adictivo y hardcoreado, algo que no ha decaído, es más, en el caso de su nuevo single, 'An Ode To Shoplifting', via Legless Records y Drunken Sailor Records, ha aumentado, ya no solo por la participación de sus guardianes, el cantante Savage Garbage, el guitarrista Gaz (Stiff Richards), el bajista Bad Boy Brenny (Polute) y el batería Dirty Bird Donohue, sino por la aportación vocal de Grace Gibson (Future Suck / Blonde Revolver), un extra para alcanzar el estatus benigno de bandas como Cocaine Piss, poniendo así de manifiesto que la rabia también es cosa de los de Melbourne, la cual adornan de riffs maquiavélicos, distorsión y un bendito caos garagero.

Forest Swords - Torch / Pearl Of Hail

La magia de Matthew Barnes aka Forest Swords sigue presente en los singles 'Torch' y 'Pearl Of Hail', via Ninja Tune, siendo capaz el de Liverpool de transportarnos a un universo diferente, en este caso dejando la danza en manos de un tazón tibetano, con andares alarmistas, por el que discurre el continente asiático en todo su esplendor, contribuyendo a esa calma mística que se le espera al tema, el hecho de despegarse de cualquier textura que su piel le aferre a ello, como ocurre también en esta cara B, salida igualmente de las sesiones del álbum "Bolted", publicado el año pasado, y que no podían quedar olvidadas en un disco duro o incluso peor, destruídas de sus recuerdos y su imaginario, tocada esta última en una oscuridad relativa, si se compara con lo que veníamos de escuchar, siguiendo aquí ciertos golpes paramétricos de la vida y los respectivos levantamientos que les siguen, peregrinando de un modo u otro, de aquí para allá, pero sin querer moverse del lugar que realmente le corresponde.

Die Eitelkeit

No sé decir el qué, pero Die Eitelkeit tienen ese algo que hace que te pongas su single debut, 'Technology', via La Pochette Surprise Records, una segunda vez, una tercera y las que hagan falta, para así empaparse uno del anti-folk y dream-pop que expelen, los cuales operan hasta que los ramalazos de garagerismo invaden el espíritu de Oscar (voz), Julian (guitarra), Obi (sinte), Christian (bajo) y Martin (batería), estos dos últimos conocidos del sello por su participación en las bandas Dunya y Swutscher, haciendo entre todos grande ese sentimiento de acogida y de paz interior, sobre los que basan sus cimientos, imperando el espíritu de las Hinds en sus primeros compases, ahí donde todavía se hacían llamar Deers, creciendo en curiosidad al ir añadiendo más y más elementos, hasta conseguir una acidez a la cual no mató el gato.

Kim Gordon - The Collective

Si su directo en el Primavera Sound me fascinó, más lo hace el hecho de que a sus 70 años, Kim Gordon nos deleite con su segundo álbum, "The Collective", via Matador Records, donde 'Bye Bye' concentra los golpes de la dama por excelencia a través de esos microsonidos sintetizados, los cuales se unen a esa corriente de fuzz, noise y stoner rock, este último con algo de post-, lo que contradice al urbanismo de pre de 'The Candy House', donde la voz gana a la rotura de los elementos, forma de impresionismo filtrado en sus orígenes que sigue la línea de su antecesora, aunque metiéndose en los ritmos que mueven el mundo comercial, demostrando una implicación de quien hace las cosas por sentimiento, un 'I Don't Miss My Mind' en toda regla, que se ve acompañado de distorsiones cortantes en sangre y sonido, dejando el flower power como un regadío de plantas a las que ya no hay que alimentar, y sí al mensaje, andando en ello con el rap americano de fondo.